¿Escuchó que la risa es la mejor medicina?
No es broma.
La ciencia confirma que el reírse mejora no sólo la salud mental sino también la salud física.
Sino pregúntele a la doctora Mariah Stump, una doctora que trabaja en el Grupo de Colaboración de Medicina de la Mujer en Lifespan y es catedrática e investigadora en la Escuela de Medicina Warren Alpert de la Universidad Brown.
“Cuando uno se ríe, eso ayuda al sistema respiratorio,” expresó Stump a Ocean State Stories. “Activa el sistema nervioso parasimpático, el cual se considera como el sistema relajante natural de ‘descanso y digestión’ del cuerpo.”
Los beneficios pueden ser momentáneos y duraderos, dijo Stump.
“Existe mucha información que demuestra que al reírse se secretan endorfinas, que son las ‘hormonas de la felicidad,’ la dopamina y serotonina,” agregó Stump. “Inhibe las hormonas del stress en el cuerpo, como la cortisona.” Y todas ellas están asociadas a la longevidad y a un mejor sistema inmunológico.”
La risa, por supuesto, se puede encontrar en muchos lugares: en reuniones con familiares y amigos, en los clubs en donde se presentan comediantes, viendo una película cómica, un programa de televisión o un video de mascotas divertidas. Y puede estimularse, por ejemplo: en una clase de Laughter Yoga de Laughter Yoga International, fundada por la doctora Madan Kataria de la India, cuyo trabajo ha inspirado a Stump.
“El cerebro de hecho no sabe si usted se ríe de algo que es ‘real,’ como por ejemplo una broma,” dijo Stump, “o si usted se está haciendo reír. En otras palabras, sea que la risa sea estimulada o espontánea, como cuando cuenta un buen chiste, los beneficios son los mismos, sea que la ‘risa sea falsa,’ por decir, o si ‘es verdadera,’ lo cual ocurre de forma espontánea si pensamos que algo es divertido.”
La comediante de Rhode Island, Joanna Rapoza cae en la categoría de ‘risa verdadera.’ Ella logra hacer reír a las personas durante sus presentaciones en lugares como The Comedy Park en Cranston, The Mass Arts Center en Mansfield, Massachusetts, y en el Mohigan Sun en Montville, Connecticut. Rapoza también se presenta en banquetes, bares, y asilos para personas de la tercera edad, entre otros lugares.
“Si lees los estudios, y esto parece estar confirmado por experiencias contadas, la risa le da un toque a la vida,” dijo Rapoza en una entrevista. “Ayuda. Disfrutas de tu paso por la vida un poquito más. Debe estarme funcionando a mí, porque, toco madera, se considera que disfruto de una muy buena salud para mi edad, tengo 61.”
Rapoza dijo que su salud mental también se beneficia.
“De hecho, la mayor parte del tiempo soy una persona muy seria,” dijo. “Trato mi depresión de toda la vida, TEPT y ansiedad en parte encontrando maneras de reírme de verdad, al menos varias veces al día, ya sea que me inspire en mí misma o en otra persona.”
Las dificultades de salud mental de Rapoza datan desde la muerte repentina de su padre cuando era una adolescente.
“Su corazón dejó de latir,” recuerda. “Estaba durmiendo.”
Rapoza dijo que su padre “tenía un excelente sentido del humor” – pero la risa no ayudó a sanar inmediatamente a su hija después de su deceso.
“Hay una terrible sensación de depresión después de que pierdes a un ser querido y todos lo procesamos de manera diferente,” dijo. “Pero una vez que salí del estado de shock en el que me encontraba y me sentí lo suficientemente bien como para hacer bromas o reírme solo en respuesta a las bromas de otras personas, fue un gran alivio. Y después de eso, dependí de buscar otras cosas que me hicieran reír.”
Y luego, ya de adulto, también haciendo reír a otros.
Entre otras responsabilidades que tiene la doctora Stump, está la de ser catedrática adjunta en el Mindfulness Center en la Escuela de Salud Pública de Brown y directora de Concentration of Lifestyle Medicine and Integrative Health en la Escuela de Medicina Warren Alpert de Brown, el cual es un programa que busca otras perspectivas de curación que no han sido parte típica de la medicina tradicional.
“A pesar de los grandes avances en la ciencia biomédica durante el siglo XX, los médicos cada vez se sienten más agobiados por las dificultades y los retos de tratar enfermedades crónicas, y los pacientes se han cansado de la dependencia que la medicina tiene en la tecnología y en los potencialmente dañinos efectos colaterales de los preparados farmacológicos y procedimientos invasivos,” declaró el programa en su sitio en la red.
“El campo de la medicina de estilos de vida se centra en la evidencia de intervenciones terapéuticas en los estilos de vida – tales como la nutrición, lo que se elige como dieta, los movimientos físicos, el ejercicio, la reducción de toxinas (de sustancias y ambientales), la conectividad social, la reducción del estrés y el sueño restaurador, todos éstos como una modalidad primordial para prevenir, tratar, y aun revertir las enfermedades crónicas.”
Una base de investigación en aumento confirma la risa como una intervención eficaz. Un estudio fundamental, “The Laughter Prescription,” publicada en el American Journal of Lifestyle Medicine, proclama sus beneficios:
“La risa es una respuesta fisiológica normal y natural a ciertos estímulos con beneficios ampliamente reconocidos. Sin embargo, las investigaciones actuales están comenzando a demostrar que la risa también podría tener serios efectos fisiológicos positivos en aquellas personas que la disfrutan de manera regular. Los proveedores que, de manera estructurada, recetan reírse a sus pacientes podrían utilizar estos beneficios positivos, naturales, gratuitos y fáciles de distribuir.”
La respetada Clínica Mayo considera a la risa de manera tan positiva que le ha dedicado toda una extensa página a sus beneficios, la que concluye:
“Reírse es la mejor medicina. Vamos, trátela. Suba las comisuras de sus labios hasta sonreír y luego, ríase, aunque la risa le salga un poco forzada. Después de soltar una risita, reflexione cómo se siente. ¿Tiene los músculos menos tensos? ¿Se siente más relajado u optimista? Es así como funciona esa maravilla natural que es la risa.”
Tal como Johanna Rapoza, su colega de Rhode Island, el comediante Frank O’Donnell, un socio del Rhode Island Comedy Hall of Fame, también sufrió una penosa tragedia. Él y su esposa, Karen, perdieron a su hija de 15 años de edad, Keri Anne, en un choque automovilístico en julio del 2010.
“Cuando ocurrió su accidente, hubo muchas personas que me dijeron que nunca iba a actuar otra vez y cuando los escuché decir eso, al principio como que les creí,” expresó O’Connell a Ocean State Stories. “No me sentía como que quería hacer nada que fuera cómico. Te encuentras en un estado de ánimo horrible cuando algo así ocurre.”
“Un poquito después de que ella muriera, tenía una presentación para la que estaba contratado en Matunuck y llame a los organizadores y les dije: ‘oigan, necesito ser reemplazado. No puedo estar en ese programa.’ Y ellos lo entendieron muy bien. Así es que contraté a otra persona para que tomara mi lugar, pero decidí ir con él, sólo para ver la presentación, para distraerme un ratito.”
“Vi lo que ellos estaban haciendo [en el escenario] y hubo algo dentro de mí que me dijo: ‘tienes que pararte en ese escenario’ y así lo hice. Todos se pararon a aplaudirme porque sabían lo que me había pasado y fue una sensación maravillosa la de poder ser cómico otra vez…de ser capaz de no pensar en lo que me había pasado, aunque fuera por unos 20 minutos.”
O’Donnell dijo que Keri, quien compartía su sentido del humor, habría aprobado seguramente lo que hizo.
“Había dejado la comedia por lo que había pasado,” dijo, “ella hubiera encontrado la manera de darme un puntapié [en el trasero] porque no sólo es terapéutico para mí sino también para otras personas y eso es realmente importante.”
Para el público, dice O’Donnell, la risa “es algo como una receta médica. Cuando las personas se marchan y la han pasado bien y tienen una sonrisa amplia o simplemente te hacen elogios, sabes, les has hecho algo bueno. Si la comedia es buena, te vas a reír y te vas a sentir bien. Es algo sorprendente.”
Su colega comediante, compañero y amigo desde que estuvieron en Classical High School, Charlie Hall, la primera persona elegida para el Rhode Island Comedy Hall of Fame, también pasó por una profunda tragedia al comienzo de su carrera y enfrentó opciones similares con respecto a continuar en su profesión.
“Cuando tenía como 30 años de edad, mi madre murió de un grave ataque al corazón justo frente a mí,” dijo Hall a Ocean State Stories. “Dos días después tenía una presentación que había sido programada meses atrás. Decidí seguir el viejo adagio de ‘el show debe continuar.’ Y, por 40 minutos hice mi presentación y olvidé lo que había pasado.”
“Así es que, en ese caso, la risa fue mi mejor medicina – pero en la mayoría de los casos, somos la mejor medicina para el público. Los hacemos sonreír y, espero, eso forme ondas, como cuando tiras una piedrita en un lago.
Supongo que podríamos argumentar que los que provocamos la risa somos los que damos aliento al alma.”
Hall añadió que en su última presentación, “Aging Disgracefully,” que presenta con Doreen Collins, otra comediante que es parte del Comedy Hall of Fame, “de hecho, entre nosotros hablamos de lo bueno que reírse es para la salud, y citando muchos estudios médicos, – por esa razón nuestro programa califica como una consulta médica. Ellos sueltan una risita y luego añaden, ‘así es que a todos les cobraremos $10 de co-pago.’ Y ellos responden con un guácala.”
Chris D’Alessandro, un artista que hace doblaje de voz, y amigo de Rapoza, vive en Connecticut y se ha presentado como comediante, dice que “absolutamente, la risa es lo mejor.” Le ayuda a tratar las tensiones y agravios de la vida diaria y el estrés asociado con su anciana madre de 80 años de edad, que vive en una casa para ancianos y que padece de demencia.
La risa, dice, “te da una salida. Sea mi situación con mi madre o si se ha tenido un mal día en el trabajo, o si tu jefe te vuelve loca. Creo que todos necesitamos un poquito de risa. Ve a una función de comedia, a ver una película. Si lo haces, eso te hace olvidar lo que sea que te haya pasado.”
¿Qué es lo que la motiva a hacer reír a otros, en el escenario o en la vida diaria?
“No sabes por lo que otras personas pudieran estar pasando,” dice. “Así es que trato de hacerles reír. Si hay un momento en el que me pudiera sentar y hablar contigo, o con el que trabaja en la gasolinera por tan sólo dos minutos y hacerles olvidar lo que les está molestando – un mal día, un mal momento, lo que sea- y aliviar su día, hacerles reír un poquito, para mí, he hecho mi trabajo diario sin recibir paga.”
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